Imagina que vas caminando por la ciudad y, de repente, ves a una ardilla, ¿qué es lo primero que piensas? Seguramente te derrites de ternura por lo pequeña y linda que es.
Cuesta trabajo imaginarse que algo tan pequeño, pueda ocasionar grandes problemas en zonas urbanas. A continuación, te presentamos los daños que puede ocasionar una ardilla.
Según el Instituto de Ecología de México, en el país existen 37 especies de ardillas las cuales, buscan su alimento durante el día y son muy sociales.
Suelen alimentarse de diferentes partes de plantas y consumen insectos, algunos de ellos son plagas agrícolas.
La ardilla es una especia importante para su entorno, ya que, al excavar sus madrigueras, introducen la materia orgánica al subsuelo y permiten la aireación e infiltración del agua al suelo, lo cual permite un importante intercambio de nutrientes.
Sin embargo, las ardillas en exceso, son consideradas como plagas.
En la Ciudad de México en áreas como el Bosque de Chapultepec, la zona de Viveros de Coyoacán, El Parque Hundido y el Bosque de Tlalpan, se ha reportado el incremento de estos animales.
La ardilla provoca daños en:
- Los parques, al comer la corteza de los árboles y brotes tiernos de las plantas impidiendo su reproducción.
- Redes de electricidad y telefonía, al comer las coberturas plásticas de los cables, causando cortos circuitos.
La población de ardillas crece rápidamente al ser alimentados por los humanos o ellas mismas aprovechan los desperdicios.
Al tener abundante alimento, se reproducen con mayor facilidad. Según la Secretaría de Medio ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), una ardilla tiene un periodo de gestación de 45 días, se reproducen en el ciclo de primavera-verano y cada hembra, puede dar a luz hasta 4 ardillas al año.
En orden de evitar que la población de la ardilla aumente a tal punto de convertirse en plaga, en De Todo Plagas te recomendamos acatar las indicaciones de las autoridades que se encuentran ubicadas en las áreas recreativas anteriormente mencionadas y, principalmente, no alimentarlas.
Sí, son muy tiernas, pero por tu bien, el de la comunidad y tu entorno, si las ves, continúa tu camino.